Desde que empecé a trabajar con los aceites esenciales, he descubierto que cada uno tiene un propósito y una energía particular. Pero el aceite esencial de orégano ha sido, sin duda, uno de mis grandes descubrimientos.
Al principio lo veía como un aceite “fuerte”, casi intimidante por su aroma intenso… y hoy se ha convertido en un imprescindible en mi botiquín natural. Me ha ayudado a reforzar mi bienestar en muchos sentidos —desde el sistema inmune hasta el equilibrio digestivo y la sensación de vitalidad—, y por eso quería compartir contigo cómo lo utilizo en mi día a día y por qué lo considero tan valioso.
Trabajo con aceites esenciales para acompañarte a vivir con más calma, claridad y conexión contigo misma, y en este artículo te cuento cómo y cuándo el orégano me aporta valor, qué beneficios busco y de qué forma lo uso con sentido común para que también tú puedas integrarlo en tu rutina.
Importante: todo lo que comparto aquí está basado en mi experiencia personal como coach de vida y naturópata. No sustituye la valoración de un profesional sanitario ni reemplaza ningún tratamiento médico. Si tienes alguna condición de salud o tomas medicación, te recomiendo siempre consultar con tu médico antes de usar aceites esenciales.
Pilar
Qué es el aceite de orégano y qué no es.
El aceite esencial de orégano pertenece a esa familia de aceites que llamamos “aceites calientes”, por su potencia y su capacidad de activar el cuerpo.
Su naturaleza cálida lo convierte en un gran estimulante y protector, ideal para momentos en los que el organismo necesita reforzarse o recuperar vitalidad.
Es un aceite que no deja indiferente: su aroma es intenso, penetrante y, al mismo tiempo, profundamente purificador.
Procede de la destilación al vapor de las hojas y flores del Origanum vulgare, una planta mediterránea conocida desde la antigüedad por sus propiedades fortificantes. En su composición destacan dos moléculas que lo hacen único:
- Carvacrol, responsable de su potente acción purificante y antimicrobiana.
- Timol, que aporta efecto calmante y equilibrio al sistema inmunitario.
Por todo esto, el aceite esencial de orégano se ha ganado un lugar muy especial en mi botiquín natural. Lo utilizo sobre todo como apoyo en momentos de debilidad, cambios de estación o cuando siento que el cuerpo necesita fuerza y limpieza profunda
Lo que no es aceite esencial de orégano
Es importante hacer esta aclaración, porque no todo lo que se vende bajo ese nombre es realmente un aceite esencial.
El aceite esencial de orégano auténtico es una sustancia concentrada, destilada directamente de la planta y sin ningún tipo de aditivo.
No debe confundirse con:
- Aceites vegetales aromatizados, como el aceite de oliva con orégano, que son solo aceites portadores con la planta macerada.
- Fragancias sintéticas o “aromas de orégano”, que pueden tener buen olor pero no poseen ninguna propiedad terapéutica.
- Aceites sin certificación o vendidos en tiendas genéricas, donde no se puede garantizar ni su pureza ni su procedencia.
Por eso siempre insisto en elegir aceites que cuenten con trazabilidad y garantía de pureza, como los de Young Living, que aseguran su proceso completo Seed to Seal.
Usar un aceite de calidad no solo marca la diferencia en los resultados, sino también en la seguridad y en la confianza con la que podemos integrarlo en nuestra rutina.
Propiedades que más valoro en mi práctica.
El orégano es uno de esos aceites que, una vez que lo conoces y lo integras, ya no puede faltar en casa.
En mi caso, se ha convertido en un básico de mi botiquín natural y también en uno de los primeros aceites que enseño a utilizar a las mujeres que adquieren su kit de inicio, además de compartirles mi receta de antibiótico natural, porque es realmente imprescindible en el ámbito preventivo y en el acompañamiento de procesos gripales o infecciones leves.
En casa lo usamos como parte de nuestro antibiótico natural, combinándolo con otros aceites esenciales de apoyo. Siempre con el debido respeto y sentido común, pero con la confianza que da ver cómo ayuda a reforzar el sistema inmune y acortar el tiempo de recuperación.
Apoyo al bienestar respiratorio y limpieza del hogar
El orégano tiene una acción purificante muy potente. En difusión, me encanta usarlo en combinación con limón, Thieves o Ravintsara, especialmente durante los meses fríos o cuando alguien en casa empieza con los primeros síntomas de resfriado.
Además, aporta una sensación de limpieza y frescor en el ambiente que me hace sentir protegida y tranquila.
Confort digestivo y equilibrio intestinal
A nivel interno (solo cuando es de calidad terapéutica y bajo orientación adecuada), el orégano ayuda a equilibrar la flora intestinal y mejorar la digestión.
Yo lo utilizo, y también lo recomiendo a mis clientas, cuando hay sensación de pesadez o digestiones lentas, siempre diluido en un poco de aceite vegetal o dentro de cápsulas vegetales con AVOE.
Experiencias reales en mi práctica
Con el tiempo he visto resultados maravillosos. Varias de mis clientas me han contado cómo, aplicando una gota de orégano bien diluida y de manera constante, han conseguido que desaparezcan pequeñas verrugas benignas en el cuello o las manos.
También he acompañado casos en los que el orégano ha ayudado a eliminar hongos adquiridos en piscinas o zonas húmedas, gracias a su potente acción antifúngica y regeneradora.
Estos testimonios, junto con mi propia experiencia, me confirman que es un aceite versátil, fuerte y sabio: actúa donde el cuerpo más lo necesita, siempre que lo utilicemos con conocimiento y respeto.
Lo que sí puedo esperar y lo que no del aceite esencial de orégano
Con los años, he aprendido que el aceite de orégano no es “una varita mágica”, pero sí una de las herramientas naturales más potentes que existen para acompañar procesos de bienestar y que su efectividad dependerá de su calidad y de un uso responsable y con sentido común.
Lo que sí puedo esperar
Puedo esperar apoyo real cuando lo utilizo con sentido común y constancia.
El orégano fortalece el sistema inmunitario, purifica el organismo y favorece la recuperación natural cuando el cuerpo necesita defenderse de virus o bacterias.
También lo valoro mucho por su acción digestiva y depurativa, porque ayuda al intestino a mantener su equilibrio y colabora en la eliminación de toxinas.
A nivel emocional, su energía “caliente” y estimulante nos invita a reconectar con nuestra fuerza interior, con esa parte que se atreve a poner límites, tomar decisiones y recuperar vitalidad.
Por eso, además de ser un aceite de apoyo físico, también lo uso en sesiones cuando acompaño a personas que necesitan empoderarse o salir de estados de bloqueo y cansancio.
Lo que no puedo esperar
El aceite esencial de orégano no sustituye la atención médica ni es un tratamiento farmacológico.
Tampoco actúa de forma instantánea ni elimina los síntomas por sí solo.
Su función es acompañar y reforzar el terreno, ayudando al cuerpo a hacer lo que sabe hacer: sanar y equilibrarse.
A veces me escriben personas que han comprado aceites en cualquier tienda pensando que todos son iguales, y ahí surge la frustración: si el aceite no tiene pureza garantizada o está adulterado, no puede ofrecer los mismos resultados.
Por eso insisto tanto en trabajar con productos de calidad certificada y trazabilidad total, como los de Young Living.
Mi experiencia me ha enseñado que cuando se usa correctamente —con respeto, conocimiento y constancia— el aceite de orégano se convierte en un gran aliado del bienestar integral: físico, emocional y energético.
Aceite de orégano: usos prácticos en casa
El aceite esencial de orégano es uno de esos que da mucho juego en el día a día, siempre que se use con conocimiento y sentido común.
Por su potencia, es un aceite que requiere respeto, pero cuando se aprende a manejar bien se convierte en un imprescindible del botiquín familiar.
En casa lo utilizamos de varias formas:
- En difusión ambiental, para purificar el aire y mantener el ambiente limpio.
- En mezclas tópicas, siempre bien diluido, como apoyo en procesos invernales o para fortalecer las defensas.
- En nuestro “antibiótico natural” casero, junto con otros aceites esenciales.
- Y, en ocasiones, también en la cocina, porque su aroma y sabor son intensos, mediterráneos y llenos de vitalidad.
Difusión: cuánto, cuándo y cuánto tiempo
Por su aroma fuerte y herbal, basta con 2 o 3 gotas en el difusor, siempre combinadas con otros aceites más suaves como limón, lavanda o naranja.
En los meses fríos me encanta difundirlo junto con Ravintsara o Thieves, especialmente cuando siento el ambiente más cargado o cuando alguien en casa empieza con síntomas de resfriado.
Lo ideal es difundirlo durante 15 o 20 minutos en espacios ventilados, una o dos veces al día, para no saturar el ambiente y aprovechar al máximo sus propiedades purificantes.
Uso tópico: dilución y áreas seguras
El aceite de orégano es dermocaústico, lo que significa que puede irritar la piel si se usa sin diluir.
Por eso es esencial conocer las tablas de diluciones según la edad y el estado de cada persona: no es lo mismo aplicarlo en adultos que en niños, embarazadas o madres lactantes.
En adultos suelo recomendar una dilución de 2 gotas de orégano por cada 5 gotas de aceite vegetal (como el V-6 o el aceite de coco fraccionado).
En pieles sensibles, se puede ampliar hasta 1 por cada 10 gotas.
Las zonas más seguras para aplicarlo son las plantas de los pies, el abdomen o la espalda alta.
Nunca se debe aplicar puro ni en zonas delicadas como rostro o mucosas.
Cuando alguien adquiere su kit de inicio conmigo, recibe además una guía personalizada con todas las tablas de diluciones adaptadas a cada edad y situación, para usar el orégano —y cualquier otro aceite— con total seguridad y confianza.
Uso culinario: pequeños toques llenos de sabor
El aceite esencial de orégano también puede utilizarse en la cocina, siempre que sea 100% puro y apto para uso interno (como los de Young Living, que cuentan con aceites Plus).
Es un aceite muy concentrado, así que una sola gota puede ser demasiado.
Yo suelo utilizar la técnica del palillo: mojo la punta de un palillo de madera en el frasco y después lo introduzco en la vinagreta, la salsa o el aceite para aromatizar.
De esta forma se consigue un toque sutil, sabroso y natural, sin sobrecargar el plato.
También me gusta añadir una gota en una botella de medio litro de aceite de oliva, para crear un aceite aromatizado perfecto para ensaladas, pizzas o tomates.
Un gesto sencillo que convierte una receta cotidiana en un momento de bienestar.
Cuándo no utilizar el aceite esencial de orégano
El aceite esencial de orégano es una joya de la naturaleza, pero también uno de los más potentes del botiquín natural. Esa misma fuerza que lo hace tan eficaz es la razón por la que no siempre es adecuado para todas las personas ni en todas las circunstancias.
Saber cuándo no usarlo es igual de importante que saber cómo hacerlo.
En embarazadas, lactantes y bebés
Durante el embarazo y la lactancia, prefiero evitar su uso, ya que el orégano es un aceite con acción estimulante y depurativa que puede resultar demasiado intensa.
En bebés y niños pequeños (menores de seis años) tampoco lo recomiendo, ni siquiera diluido, salvo orientación específica de un profesional cualificado.
En estos casos existen alternativas más suaves como lavanda, manzanilla o incienso, que acompañan de manera más segura y efectiva.
En tratamientos médicos o enfermedades activas
Si una persona está en tratamiento médico —especialmente con anticoagulantes, antibióticos o medicación para la presión arterial—, es importante consultar siempre con el médico o terapeuta antes de utilizarlo.
El orégano tiene componentes activos muy concentrados (como el carvacrol y el timol) que pueden interferir con algunos fármacos o potenciar sus efectos.
En pieles reactivas o muy sensibles
El orégano, por ser un aceite “caliente”, puede irritar la piel si se usa puro o mal diluido.
Nunca lo aplico directamente sobre zonas delicadas (rostro, cuello, mucosas o genitales).
Si hay antecedentes de piel atópica o dermatitis, recomiendo hacer siempre una prueba previa en una pequeña zona del antebrazo y, si aparece enrojecimiento, suspender su uso de inmediato.
En estados de debilidad extrema o agotamiento energético
A veces, el cuerpo no necesita más estímulo, sino descanso.
En momentos de agotamiento profundo, prefiero trabajar con aceites más suaves y reconfortantes —como el cedro, el incienso o el valor— antes que con el orégano, que es más activador.
Escuchar al cuerpo es una forma de sabiduría: si el aroma del orégano resulta demasiado fuerte o “te satura”, es señal de que no es el momento.
Consejo personal:
El orégano no es un aceite para usar a diario ni de manera prolongada.
Es ideal para acompañar procesos concretos, de forma puntual y con guía.
Utilizado con respeto, se convierte en un gran aliado. Usado sin conocimiento, puede resultar excesivo.
Preguntas rápidas que me hacéis a menudo
Tanto en redes sociales, como en consulta y cuando ya tienes el kit de inicio, estas son las preguntas que más de repiten.
¿Con qué aceites esenciales lo combinas?
Depende del objetivo. Si busco purificar el ambiente o reforzar defensas, lo mezclo con Ravintsara o Thieves.
Para un toque más suave y equilibrado, me encanta junto a limón, lavanda o naranja, que aportan frescor y ligereza.
Si es para ingerir, de ello hablamos mas extensamente en las mentorías y formaciones, hay que tener diversos factores en cuenta.
¿Puedo aplicarlo directamente sobre la piel?
No. El orégano es un aceite “caliente” y debe usarse siempre diluido.
Mi recomendación es 2 gotas de orégano por cada 5 de aceite vegetal, o incluso más diluido en pieles sensibles.
Cuando adquieres el kit de inicio conmigo, te entrego una guía completa con tablas de dilución para cada edad y necesidad.
¿Sirve para toda la familia?
No siempre. En adultos y adolescentes puede ser un gran aliado, pero no lo recomiendo en embarazadas, lactantes ni niños pequeños.
En esos casos, prefiero alternativas más suaves como lavanda o incienso.
¿Cómo lo guardo para que no pierda sus propiedades?
Guárdalo en un lugar fresco y sin luz directa, siempre bien cerrado.
Un truco que uso desde hace años: humedece la punta de un palillo de madera en el frasco cuando quieras dar sabor a una vinagreta o aceite, así controlas la dosis y evitas desperdicio.
¿Y si nunca he usado aceites esenciales, por dónde empiezo?
Empieza poco a poco, con conocimiento y acompañamiento.
Yo siempre aconsejo empezar con el kit de inicio, que te permite conocer los aceites más versátiles —como el orégano, la lavanda o el incienso— y aprender a usarlos con seguridad.
Y, por supuesto, te acompaño paso a paso para que sepas cómo aplicarlos en casa con confianza.
¿Es para ti? Así trabajo contigo
Si sientes curiosidad por empezar a usar aceites esenciales, pero no sabes por dónde comenzar, puedo acompañarte a dar tus primeros pasos con seguridad y confianza.
Mi trabajo se basa en escuchar, observar y ofrecerte herramientas sencillas que puedas integrar fácilmente en tu rutina.
Si te apetece que hablemos, tienes la oportunidad de agendar una sesión online donde analizaremos tu momento actual: tus hábitos, tu nivel de energía, tu descanso y tus prioridades.
Desde ahí te propongo un plan personalizado de aromaterapia y autocuidado, adaptado a tu estilo de vida y a tus necesidades reales.
La sesión dura aproximadamente unos 45 minutos y, una vez tienes tu kit de inicio, realizamos un seguimiento durante la semana por mensaje para resolver dudas y ayudarte a aplicar lo aprendido en tu día a día.
Después, continúas acompañada dentro de mi comunidad, Ohana en Esencia, con formaciones semanales, acceso a MI 24×7 y un espacio de apoyo continuo para sacar el máximo partido a tu kit.
Además, tendrás acceso a grupos de consulta, una biblioteca digital, mentorías personalizadas y protocolos individuales, adaptados a tus necesidades y momentos vitales.
Sesión de valoración
Si todavía no tienes el kit de inicio o simplemente quieres conocer si este enfoque es para ti, puedes solicitar una sesión de valoración gratuita.
Es un espacio breve, donde hablamos sobre tus objetivos, tus inquietudes y te orientaré sobre cómo empezar de forma sencilla y coherente.
Porque el bienestar empieza con una decisión: la de escucharte y cuidarte.
Si sientes que este puede ser tu momento, escríbeme y te acompaño a descubrir todo lo que los aceites esenciales pueden hacer por ti